El instinto de vibrar con el sonido

Uno de los primeros sentidos que desarrollaste mientras estabas en el vientre materno es el oído. Tenías apenas 18 semanas desde que comenzaste a formarte célula por célula y ya podías escuchar el latido del corazón de tu madre, la música que ponía tu papá como un intento por comunicarse contigo y las risas de quienes estaban ansiosos por conocerte. Cuando naciste, todo eran luces y sombras, pero el sonido te guiaba, te intrigaba, y te hacía voltear hacia su origen… parecía que ya podías entenderlo.

Lo cierto es que desde mucho antes de que tengamos uso de razón, el sonido viaja a través de nosotros. Es imposible tocar una onda de sonido, sin embargo la sentimos en todo el cuerpo, cómo un bebé que baila naturalmente al escuchar música.  Es muy curioso como el oído, a diferencia de otros sentidos, trabaja casi siempre de manera independiente. 

La respuesta natural que tenemos al sonido es evidente desde que somos niños, entonces ¿qué pasaría si le pusiéramos al sonido una intención y lo utilizáramos como una herramienta para equilibrarnos?

¡Sanamos! 

En el Sound Healing si hay partes del cuerpo que no están alineadas, escuchar las frecuencias de sonido correctas puede generar un equilibrio. Hay evidencia clínica que asegura que técnicas alternativas como esta tiene efectos positivos en el desarrollo físico, emocional, social, sensorial y cognitivo de los niños. Cuando un niño se concentra solo en el sonido comienza a tomar consciencia del ritmo de su respiración y su sistema nervioso se relaja permitiéndole liberar tensiones físicas e incluso emocionales. 

Los niños responden de manera instintiva al sonido, si les permitimos explorar el sonido con intención les damos la oportunidad de descubrir sus emociones y sensaciones más intrínsecas, es una forma de acercarlos a la meditación y auto-consciencia desde pequeños. Para los niños, mantener la concentración durante largos periodos de tiempo no es tan sencillo, las distracciones vienen fácilmente y las ganas de moverse, también. Esto no significa que no puedan asistir a una terapia de sonido, si entendemos sus necesidades podemos prestarles las herramientas adecuadas. 

En la sesión con niños menores de un año, las mamás estarán presentes durante la sesión para crear un espacio de conexión emocional y sensorial entre madre e hijo. Al trabajar con niños un poco mayores, podemos presentarles más herramientas para conectar con su interior y tener atención plena. Podemos comenzar por explicarles que la sesión de Sound Healing es un espacio en el que podrán descansar, escuchar música, sentir la música, conocer el ritmo de su respiración y trabajar con sus emociones, pintar y agradecer.

Una terapia de Sound Healing puede tener efectos muy positivos en niños de todas las edades. Concentrarse en el sonido de los cuencos ayuda a trabajar su capacidad de prestar atención y escuchar de manera consciente lo que ocurre a su alrededor. Se busca que los niños se relajen, suelten, sean empáticos con los demás, aprendan a reconocer sus emociones y manejarlas de una forma saludable y proactiva. 

Darle a un niño las herramientas de regulación, relajación y autoconocimiento necesarias para aprender a calmarse a sí mismo, puede representar el aprendizaje necesario para relacionarse con su entorno sanamente. Conocer sus emociones les ayuda a sentirse más seguros de sí mismos y con un autoestima fuerte que les facilita desenvolverse en un entorno social.

Visítanos en Instagram:

https://www.instagram.com/paulinalanda____/